La tecnología no deja de evolucionar. Ahora que nos hemos ido familiarizando con conceptos como el big data o la inteligencia artificial, llegan otros nuevos que gradualmente se van incorporando al sector asegurador. En esta ocasión, vamos a hablar de realidad virtual y seguros. ¿Qué nuevas ventajas ofrece?
Qué es la realidad virtual
La realidad virtual consiste en un entorno de objetos y escenas que tienen una apariencia real. Mediante la informática, se genera un entorno que permite al usuario tener la sensación de que se encuentra dentro de él.
Para lograrlo, se utilizan gafas o un casco, que pueden ir acompañados de otros elementos como un traje o guantes, y que consiguen aumentar la interacción con lo que se encuentra alrededor. Además de ello, se intensifican los estímulos.
Además de la realidad virtual, se habla también de la aumentada y la mixta. Todo un abanico de posibilidades que poco a poco se irán haciendo hueco en nuestra vida. Hasta el punto de constituir un sector en sí mismo.
Por el momento, la realidad virtual tiene aplicaciones en los videojuegos, el arte, la educación, la medicina e incluso la psicoterapia. Pero gradualmente se está haciendo su propio hueco también en el sector asegurador.
La realidad virtual y los seguros
Para comprender de qué manera es posible relacionar la realidad virtual y los seguros, podemos imaginar a oficinas con asesores virtuales disponibles las 24 horas del día. A través de ellos, se ofrecerá información sobre incidencias, ofertas personalizadas o cualquier otro tipo de asesoramiento.
Además de ello, la realidad virtual y los seguros pueden ofrecer conjuntamente servicios dentro del hogar. Con la realidad aumentada y a tiempo real, el cliente podría conocer cuáles son los objetos de su hogar o de su empresa que quedarían asegurados a través de las coberturas que se hayan contratado.
De cara al futuro, las aplicaciones de la realidad virtual y los seguros van mucho más allá. No solo se pretende mejorar el servicio que se ofrece a cliente y su experiencia, como veremos a continuación. También, se logra un ahorro considerable al implantar esta tecnología en el peritaje, ya que de manera remota podrían conocerse las piezas afectadas con exactitud y a tiempo real.
Asimismo, la realidad virtual puede extenderse a otras funciones, como la contratación de una póliza, la prevención de los siniestros e incluso la evaluación de los daños tras estos, tal y como hemos mencionado anteriormente.
Aunque muchas de estas soluciones que unen la realidad virtual y los seguros ya se están llevando a cabo, aún queda por mejorar algunos aspectos. El pixelado o las zonas oscuras son algunos ejemplos, así como la latencia en los movimientos bruscos. Todo ello enfocado a mejorar la sensación de realismo y evitar problemas asociados como los mareos.
¿Y qué hay de la experiencia del cliente?
El origen de la realidad virtual se remonta al siglo XIX, aunque nos resulte un término más bien reciente. En aquella época, se empleaba para crear pinturas panorámicas en las que el espectador podía introducirse.
Para este 2020, se estima que uno de cada tres consumidores hagan uso de ella. A su vez, alrededor del 78% de las marcas esperan poder incluir este tipo de servicios a sus clientes, y un 34% ya parece hacer uso de ella.
Una de las finalidades más destacadas de combinar la realidad virtual y los seguros es la de fidelizar al cliente y mejorar la relación con este. A través de esta herramienta se ofrecería una visión diferente de lo que son los productos y servicios disponibles. Con una muestra de la practicidad, de sus detalles, de una estética más favorable o simplemente al ofrecer una experiencia divertida, se logra aumentar el atractivo.
En otras palabras, se consigue realizar una venta gracias al apoyo que ofrecen las soluciones de realidad virtual. Los puntos a potenciar serán la accesibilidad para eliminar las barreras actuales y favorecer el acceso a un número elevado de personas, y la fluidez.
En lo que se refiere a la fidelización, la realidad virtual permite ofrecer confianza al cliente sobre la decisión que ha tomado. La escucha con atención y la experiencia que pueda ofrecerse serán clave para que la relación con la marca prospere favorablemente.