Las organizaciones que trabajan con la metodología Agile se caracterizan por desglosar los proyectos en pequeñas tareas que se realizan en equipo y con fechas de entrega próximas. Pero además de esta diferencia a nivel operativo, el liderazgo y la comunicación también siguen una estructura horizontal. Dicha estructura se erige en contraposición a los modelos tradicionales que tienden a la verticalidad.
En realidad, ambos conceptos van interrelacionados, ya que la comunicación es uno de los pilares fundamentales en una organización Agile. Y para que esta tenga lugar de acuerdo con los principios de esta metodología, el liderazgo debe seguir la misma línea de actuación, al ser este el encargado de establecer los diferentes canales comunicativos.
Vías comunicativas en una organización Agile
En las organizaciones tradicionales, la comunicación sigue una línea vertical. Es decir, los responsables o líderes se sitúan en un nivel superior al resto del equipo, ya que la estructura que se utiliza es la jerárquica. Pero además de ello, la dirección es descendente; quienes ostentan el liderazgo de un proyecto dan instrucciones de manera continua al equipo, y solo en algunas ocasiones, generalmente en la última fase, puede solicitarse la comunicación ascendente.
Dicho de otro modo, se trata de organizaciones muy jerarquizadas, en las que aquellas personas que se encuentran situadas en los niveles más altos son las que toman las decisiones e informan en una dirección descendente a quienes se encuentran en los inferiores. Y una vez que se obtienen los resultados, puede hacerse una puesta en común.
La metodología Agile, sin embargo, propone una nueva forma de liderazgo y comunicación. Para ello, se sirve de un conjunto de roles y prácticas que se basan en la creación de equipos autoorganizados en los que se potencia la comunicación entre sus miembros. Este método recibe el nombre de Scrum y sus características son las siguientes:
– Equipos que se autodirigen y autoorganizan
– Sincronización diaria entre los miembros con adaptaciones y retroalimentación constantes
– Fijación de tiempos para la consecución de logros
– Prioridad marcada por las preferencias de los clientes
– Comunicación constante con el cliente para mostrar los resultados obtenidos de cara a la toma de decisiones
– Creación de equipos de pequeño tamaño
Este tipo de comunicación no elimina la figura de la persona responsable. De lo que se trata es de favorecer la propia autogestión de los miembros del equipo, tanto de forma individual como grupal, de manera que aumente su confianza y motivación por lograr resultados.
Cómo funciona el liderazgo
Tal y como hemos indicado, el liderazgo y la comunicación van de la mano en una organización que utiliza la metodología Agile. La diferencia se encuentra en que la función de la figura de la persona líder no queda limitada a la entrega de unas instrucciones que deben seguirse de principio a fin. Al contrario, esta participa de forma continuada con el equipo y sus actuaciones pueden resumirse de la manera siguiente:
– Supervisión de todos los procesos, pero no con la finalidad de dar instrucciones, sino con la de garantizar que todos los equipos trabajan en cada uno de los proyectos siguiendo la metodología Agile.
– Establecimiento de objetivos y fijación de los plazos de entrega tras una puesta en común con cada uno de los equipos. La coordinación del grupo es responsabilidad de sus miembros y entre ellos debe elaborarse el plan de acción que les permita lograr los objetivos que se han marcado previamente.
– Establecimiento de una perspectiva a largo plazo, que se centra en la retroalimentación y en la adaptación continua a las necesidades del cliente y del mercado, en lugar de guiarse por la visión particular de cada persona.
En resumidas cuentas, el liderazgo en la metodología Agile no interviene únicamente para la toma de decisiones, sino que se da una participación continuada, con una actitud de supervisión de la dirección que el grupo toma. Pero al mismo tiempo, se ofrece autonomía a este para que gestione el desarrollo de sus tareas.
Esta libertad supervisada a la hora de trabajar potencia la sensación de integración y de pertenencia al grupo por parte de la plantilla. Y el resultado que se obtiene no es únicamente el cumplimiento con los plazos fijados, sino un aumento de la motivación y la productividad a nivel individual y grupal.
La integración del liderazgo y la comunicación para el éxito
La figura del líder autocrático y autoritario ha quedado obsoleta, ya que en la actualidad la comunicación dentro de una organización es uno de los pilares a cualquier nivel y en cualquiera de las actividades que se lleven a cabo.
Hoy en día, un líder debe comunicarse de manera continua con quienes trabaja. El aislamiento no solo va en detrimento de la cohesión como grupo, sino que dificulta el flujo de información y la retroalimentación. No podemos olvidar que el mayor conocimiento sobre las tareas que se desarrollan en el día a día y los problemas que puedan surgir desde estas lo posee la plantilla y no la dirección.
Pero ya no basta con comunicarse, además, hay que saber hacerlo. Por eso, la comunicación debe ser bidireccional, y además multidireccional. Es decir, moverse en todas las direcciones posibles e incluir a clientes, proveedores e incluso otros líderes.
¿Y cuál es la relación que debe mantenerse entre liderazgo y comunicación? Si se desea lograr los objetivos, deben seguirse tres pautas clave:
– Utilizar canales comunicativos que sean sencillos y efectivos. Salvo que no pueda utilizarse esta vía por motivos de peso, se elegirá la comunicación cara a cara. No obstante, en la actualidad existen múltiples herramientas que la permiten en cualquier tipo de entorno.
– Adaptarse en lugar de exigir. Tanto en los mercados como en esta era digital, todo está en continuo proceso de transformación. Así, la evolución debe seguir el mismo proceso de adaptación constante.
– Mantenimiento de una actitud cercana y transparente. La figura del líder que se impone y que actúa con desdén ha quedado atrás. La educación y la transparencia son características básicas en el liderazgo y la comunicación Agile. Por supuesto, contando también con una actitud receptiva y abierta al diálogo y al intercambio de opiniones.
Como conclusión, aplicar el liderazgo y la comunicación Agile en cualquier empresa no es una tarea sencilla que puede realizarse de la noche a la mañana. Requiere de un compromiso tanto por parte de los líderes como de los miembros del equipo. Aunque su implementación requiera de un esfuerzo mayor en primera instancia, los resultados de este modelo han demostrado su eficacia y sus beneficios, tanto para la propia empresa como para sus clientes.
¿Te suscribes a nuestra newsletter? Haz click en el sobre
Ya disponibles los ebooks de la Biblioteca de la Correduría Inteligente
¿Nos ayudas a mejorar? Valora nuestros artículos, por favor
¿Contactamos en Linkedin?
Te esperamos en nuestro Perfil y en nuestro Grupo de Discusión
