El uso de drones puede resultarles a algunos un artefacto del pasado propio de los conflictos bélicos, mientras que para otros es un concepto demasiado futurista para concebirlo en nuestro día a día. Sin embargo, desde hace un par de años la DGT ya comenzó a utilizarlos para el control de las carreteras, a la que se sumaron algunas aseguradoras, y más recientemente el sector de la logística. ¿Cómo es su funcionamiento y qué retos supone de cara al futuro?
En qué consisten los drones y para qué se utilizan
Los drones son aeronaves no tripuladas pero pilotadas por una persona por control remoto. Uno de los sinónimos para estos drones estandarizados es el de RPAS (Remotely Piloted Aircraft System). En la última década, y gracias a la perfección de su software a bajo coste y a la mejora continua de sus prestaciones, su uso se ha expandido al ámbito civil, profesional y de ocio, además de buscarse nuevas utilidades para ellos.
Si concretamos un poco más, el ámbito de aplicación actual y de proyección futura de los drones es el siguiente:
- Agricultura. Análisis de la topografía de un terreno, rendimiento de los cultivos, adaptación por zonas de pesticidas y herbicidas, etc.
- Servicios públicos de diversa índole. Asistencia en servicios de emergencia, control de fronteras, acceso por infrarrojos a zonas peligrosas, etc.
- Logística. Entrega de medicinas, paquetería y suministros en zonas inaccesibles.
- Protección de la fauna en especies protegidas.
- Cultura y comunicación. Rodaje de imágenes aéreas y panorámicas o mayor cobertura de noticias en manifestaciones, incendios o carreteras.
- Construcción e inmobiliarias. Imágenes aéreas de viviendas para venta, alquiler y tasaciones. Cartografía, ingeniería civil, trabajos forestales, muestreo del aire, etc.
- Seguros. Elaboración de informes periciales en zonas peligrosas o de poco acceso, valoración de riesgos previos, peritaje de siniestros de grandes dimensiones o catástrofes.
- Deportes. Tomas aéreas.
- Minería. Prospección y explotación de recursos minerales.
- Energía. Inspección y vigilancia y mejor respuesta en situaciones de emergencia.
La ventaja principal de los drones reside en su bajo coste en comparación con otras alternativas actuales, su seguridad y la inmediatez en la recogida de la información. De ahí que los ingresos previstos para este año superen los 11.000 millones de dólares. Sin embargo, existen diversos aspectos que aún deben valorarse en su uso, como la privacidad de la información personal en las imágenes tomadas o la gestión de los riesgos por parte del sector asegurador.
Por qué se ha hecho necesario el seguro de drones
De acuerdo con los datos de AESA, el número de drones supera en nuestro país los 3.000, entre los que se incluyen tanto los de uso profesional como recreativo. AESA es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, organismo que se encarga de regular el uso de drones en España. En cuanto al marco regulador, se trata del Real Decreto 1036/2017 de 15 de diciembre, y que modifica el 552/2014, de 27 de junio.
La ley actual no solo contempla los vuelos de drones profesionales, sino también los recreativos, así como una mayor amplitud de escenarios operacionales en diferentes sectores, con mayores posibilidades para los vuelos en zonas urbanas y nocturnas.
Aunque el uso de drones no es en sí mismo peligroso, sí que conlleva riesgos asociados, como los daños que pueden causarse bien por un error humano bien por fallos mecánicos. No obstante, estos últimos se han visto reducidos drásticamente con los avances tecnológicos de los últimos tiempos.
Por lo tanto, la cobertura de los drones va destinada principalmente a los problemas asociados a una pérdida de control del artefacto que puede derivar en colisiones con personas, tendidos eléctricos, viviendas, vehículos, etc., y que por lógica pueden causar lesiones o accidentes.
Otros riesgos a tener en cuenta son la pérdida de conexión de datos con el operador, los ciberriesgos, la vulneración de la privacidad o el uso para actos delictivos. Pero ya se han desarrollado también soluciones para mitigarlos, como la programación de vuelos autónomos por GPS o la protección de las transmisiones por conexiones cifradas.
Cuando no existe un seguro, es el propio usuario el que debe pagar la indemnización por los daños por responsabilidad civil. Sin embargo, cuanto este se contrata, es la aseguradora la que se hace cargo, tal y como sucede con el resto de coberturas.
Nuevas oportunidades para el sector asegurador
En nuestro país, el seguro para drones tiene ya carácter obligatorio cuando se trata de uso profesional, mientras que para el recreativo continúa siendo opcional. Son los propios proveedores de los servicios de aviones no tripulados u operadores, por lo que existe una oportunidad de negocio en este aspecto. Las estadísticas confirman que es un mercado en crecimiento, y para finales de 2020, el valor del mercado de los seguros para drones podría tener un valor de 1.000 millones de dólares, según estimaciones de AGCS.
A la hora de considerar los seguros para ellos, hay que tener en cuenta el potencial tecnológico con el que cuentan, que continúa en desarrollo; la responsabilidad civil frente a terceros; las legislaciones internacionales y las tarifas que pueden aplicarse, ya que se carece de experiencia previa.
¿Cuáles son las coberturas que podrían aplicarse? Por el momento, son pocas las compañías aseguradoras que cubren los drones en nuestro país, como Caser, Generali, HDI Global o Mapfre, y se trata de un producto estandarizado para profesionales, principalmente, que cuenta con cierta flexibilidad para ajustarse a las necesidades del cliente. Las coberturas actuales hacen referencia a aeronaves controladas remotamente de menos de 25 kg, a trabajos técnicos y científicos, investigación y desarrollo, y vigilancia.
En lo que respecta a los daños, la responsabilidad civil por lesiones a terceros y daños materiales es común en todas las aseguradoras. En menor medida, la defensa jurídica y reclamación de daños, y la cobertura de los daños propios al dron es aún prácticamente inexistente.
Y desde el punto de vista del sector asegurador, la implantación de drones para valorar siniestros y riesgos se encuentra también en desarrollo, pero alrededor del 70% de las compañías consideran hacerlo en el futuro. Los usuarios potenciales son los departamentos de siniestros de las compañías y de suscripción, así como los gabinetes periciales.