En este artículo continuamos con las aplicaciones prácticas del Big Data. Debido a que la cantidad de información que aporta es tan amplia y variada, nos permite optimizar diferentes sectores de actividad, así como áreas dentro de una organización.
Otras aplicaciones prácticas del Big Data
Como venimos diciendo, la información que se extrae del análisis de datos permite mejoras concretas y palpables. Algunas de ellas hemos visto que son la segmentación de los clientes, el aumento de la protección y la seguridad y la optimización de los procesos de negocio. Sin embargo, también es posible mejorar sectores específicos como el de la sanidad o el transporte. A continuación vamos a conocer otras aplicaciones prácticas del Big Data.
Creación de oficinas inteligentes
Una de las aplicaciones prácticas del Big Data en el sector financiero y bancario es el de la creación de las oficinas inteligentes. Tal y como sucede con las viviendas inteligentes o SmartHome, estas oficinas o cajeros nos ofrecen un trato más personalizado y que se adapta a nuestro perfil y necesidades específicas.
Mediante la identificación por huella digital, y con la información que se obtiene de las redes sociales y nuestro propio historial, un cajero dejaría de ser una herramienta estática para pasar a ser más funcional. Sería posible ofrecer productos y servicios que se adecúan a la persona en cada momento y una interfaz adaptada a su propio uso del sistema.
Estas aplicaciones prácticas del Big Data no solo abarcan al sector financiero o a los cajeros automáticos. Podría aplicarse a las oficinas en general. Se ofrecería de este modo un servicio personalizado a cada cliente.
Atención sanitaria más eficiente
Otra de las aplicaciones prácticas del Big Data en un sector concreto es el caso de la sanidad. Puesto que los hospitales y los centros médicos albergan una gran cantidad de información de cada paciente, es posible unificarla para poder extraer datos relevantes sobre cada persona.
Si cada doctor/a tuviera acceso a todos los tratamientos recetados, la respuesta a estos, los cuadros que se repiten, etc., la eficiencia económica aumentaría y se mejoraría además la atención que se brinda a los pacientes. Los datos históricos permiten elegir el tratamiento más específico y que garantice los mejores resultados.
Por otra parte, y de manera general en la atención médica, el análisis de los datos sobre pruebas, diagnósticos y tratamientos permite conocer la efectividad de cada uno y reducir la mortalidad y la morbilidad.
Mejora del transporte
Por último, aunque existen muchas más, otra de las aplicaciones prácticas del Big Data es la optimización del transporte. Puesto que compete a la Administración Pública, se busca siempre la eficiencia en la gestión de los recursos. Tanto a nivel humano como monetario y de infraestructura.
El empleo de sensores para conocer el funcionamiento del tráfico es capaz de crear una predicción de cara al día siguiente. Esta es una de las aplicaciones prácticas del Big Data que probablemente nos resulte más familiar. Es la que utiliza Google Maps, por ejemplo. A partir de nuestra geolocalización y los datos que se tienen del tráfico a determinadas horas y las rutas disponibles, nos ofrece información veraz a tiempo real. Así, podremos elegir el camino que nos permita ahorrar tiempo y dinero.
Las aplicaciones prácticas del Big Data van más allá de las que aquí hemos visto. De cara al futuro, seguirán también ampliándose. La propia obtención de información a partir de aquellos datos, nos revelará nuevas formas de optimizar nuestros recursos.